Otitis, ¡otra vez!
La otitis (o infección del oído) es una de las enfermedades más habituales en bebés y niños No suele tratarse de una dolencia grave pero sí es molesta y dolorosa. En la mayoría de casos estar causada por una complicación de un resfriado común. Su tratamiento se pautará en función de la causa.
El oído medio es una cavidad llena de aire situado detrás del tímpano. Éste se comunica con la garganta y la nariz a través de la trompa de Eustaquio.
Es habitual que, tras un resfriado, la mucosidad llegue a esta cavidad, la llene de fluido que puede infectarse debido a un virus o bacterias. Si está causado por un virus, normalmente se curará en 4-5 días. Es importante recordar que, en estos casos, los antibióticos no funcionan.
Si, por el contrario, la infección está causada por bacterias, lo más seguro es que el médico sí le recete un antibiótico específico. Es preciso incidir en la necesidad de terminar siempre el tratamiento que le paute el pediatra.
Hay bacterias que se pueden volver resistentes y provocar infecciones frecuentes o prolongadas. En el peor de los casos, puede ocasionar incluso una pérdida de audición.
Si tu hijo es de los que sufren con demasiada frecuencia esta dolencia, esto te puede interesar.
Desde Amarsupiel insistimos siempre en que no hay que suministrar ningún medicamento (ni antibiótico ni gotas) a su hijo sin consultarlo previamente con su pediatra.
Como hemos explicado, estas infecciones son bastante fáciles de tratar. Sin embargo, si tu niño ha tenido varias infecciones de este tipo, no se recupera fácilmente y/o hay evidencias de pérdida de audición, el médico te podría recomendar realizar una pequeña intervención quirúrgica llamada miringotomía.
¿En qué consiste la miringotomía?
La miringotomía es una intervención que consiste en realizar una pequeña incisión en la membrana del tímpano para colocar unos tubitos blandos «de ventilación». Estos permitirán que el líquido acumulado en los oídos drene con mayor facilidad y, por tanto, ayudará al bebé a desarrollar menos infecciones de oído.
Se trata de un procedimiento habitual en bebés y niños pequeños, ya que su trompa de Eustaquio es todavía inmadura. Los tubos colocados en el oído de los pequeños permanecerán varios meses y es posible que se terminen cayendo por si solos. Si esto no sucede, el encargado de retirarlos, si lo cree oportuno, será su médico.
Es importante hacer hincapié en que estos tubos no afectan a la audición. Si intuyes que la audición de tu hijo empeora, es posible que se deba a que los tubos se han salido o han quedado bloqueados por líquido otra vez.
Esta intervención no suele durar más de 10 minutos por cada oído pero sí precisa anestesia general (en lugar de anestesia local) por lo que debe realizarse en un hospital. Normalmente los niños pueden volver a casa una vez se hayan despertado completamente de la anestesia (esto suele suceder a las 4-5 horas de dormirse).
Cuidados tras el procedimiento
Es importante seguir en todo momento las indicaciones de tu médico y acudir de nuevo a éste si hay infección, malestar o fiebre. Sus oídos pueden seguir drenando 3 o 4 días después de la operación: ¡es normal! Si el otorrinolaringólogo lo considera necesario, puede pautar algún analgésico para el dolor y/o gotas óticas antibióticas.
Cómo limpiar el oído
Aprovechamos para recordar que no debemos introducir nada en el oído del niño. Ni siquiera se recomienda el uso de bastoncillos de algodón ya que estos pueden perforar el tímpano. ¡No te asustes!: esto no es grave ya que el tímpano se recompone en 3 o 4 días. Sin embargo, es mucho mejor no corree riesgos innecesarios y usar, en su lugar, una gasita húmeda para limpiarlo.
Y para terminar, un dato. ¿Sabías que en los Estados Unidos cada año se colocan aproximadamente dos millones de tubos “de ventilación” en niños para ayudar a prevenir las infecciones crónicas en el oído?.
Si tienes dudas sobre este procedimiento o sospechas que tu hijo puede necesitar de esta intervención, por favor, consulta con su pediatra.
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