En este día tan especial, San Valentín, no podíamos dejar de dedicarle una entrada al AMOR.
El AMOR es esa fuerza que todo lo puede, es la inspiración que encontramos cada día y el sentido al levantarnos cada mañana.
Ese impulso llamado AMOR, que nos da la vida, surge cuando nuestro cerebro se inunda de feniletilamina, a lo que responde liberando neurotransmisores como dopamina, norepinefrina y oxitocina. Estamos hablando de puramente química: la mezcla de todas estas sustancias hace que se creen vínculos emocionales con aquellos que amamos.
Existen diferentes tipos de AMOR, y todos y cada uno de ellos llenan nuestras vidas plenamente. Entre otros, encontramos:
El amor familiar. Se trata del afecto entre aquellos que comparten lazos familiares. La familia es donde nace el amor incondicional, donde el ser humano aprende el cultivo de las virtudes: la generosidad, la honestidad, la gratitud, la compasión…La familia es el pilar primero sobre el que construimos nuestro sitio en la sociedad.
El amor fraternal y entre amigos. El amor hacia nuestros hermanos y hacia algunos amigos es de por vida. Hay amigos, incluso, que por nuestras vivencias con ellos se convierten en hermanos.
El amor pasional. Es el tipo de amor que despierta la pasión romántica y el deseo sexual más primitivo. El amor pasional nos llena de energía, de ilusión y nos da vida. Nos lleva al éxtasis, a la “locura transitoria”. No podemos dejar de pensar en esa persona ni un segundo de nuestro día, el amor pasional se asemeja a una droga, ya que genera una liberación de dopamina en el cerebro, al igual que las sustancias que alteran los estados de conciencia. Es lo que entendemos como enamoramiento.
El amor romántico y comprometido. Una vez pasamos esa fase de mariposas en el estómago y de exaltación, llega el amor romántico. Este es el amor más comprometido, más estable y que implica mayor sacrificio. El amor romántico puede tener la intensidad y la química sexual del amor pasional, pero no presenta el componente “obsesivo”. Es más calmado y afianzado. Nos aporta seguridad y autoestima. La comunicación y complicidad son protagonistas en el amor comprometido.
No olvidemos el amor propio, el que tiene que ver con nuestra autoestima y la capacidad que tenemos de cuidarnos y querernos a nosotros mismos. El amor propio es fundamental para llevar a cabo nuestros objetivos a corto y medio plazo. Nos invita a aprender, evolucionar y cambiar algo en nuestra vida si no funciona.
En este día tan especial, desde Método Canguro aprovechamos para daros las gracias por vuestra fidelidad y por estar ahí. Nosotros, por nuestra parte, tratamos de hacer las cosas lo mejor que sabemos y siempre con muchísimo AMOR. Os deseamos un felicísimo día de San Valentín, rodeados de todos aquellos a los que queréis.
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