«Cuando llora mi hijo me pongo muy nerviosa». Las madres sienten un impulso incontrolable de atender a sus hijos urgentemente.
Nace tu bebé, un instinto alucinante te hace tenerle constantemente cerca, pendiente de él las 24 horas del día. Un apego que se produce desde el embarazo y en el que el niño y los padres suelen ser los principales implicados, y son los referentes afectivos del niño, atendiendo gracias a este vínculo que se forma incluso desde la concepción a todas sus necesidades para un correcto desarrollo físico, emocional y psicológico. Así los cambios de pañal cada dos por tres, que no tenga frío ni calor, que respire correctamente, que coma lo que necesite…son premisas indiscutibles y cuando el bebé descansa o se encuentra en un estado de bienestar, todo parece perfecto y tu cuerpo se encuentra relajado. Esto se considera apego.
Pero, ¿qué ocurre cuando el bebé llora?. Que se produce una innata respuesta en la madre, aunque también puede ocurrir al padre, a la que se denomina diálogo tónico . Consiste en que cuando una madre escucha o siente el mal estar o el llanto del niño, automáticamente los músculos de todo su cuerpo se tensan. Este diálogo tónico se crea en una madre tras el nacimiento de un hijo, y es entonces cuando la madre tiene la prioritaria, urgente e incluso histérica urgencia de atender al niño para que se sienta bien y vuelva a estar tranquilo de una forma empática. Es ese momento en el que las parejas no entienden por que estas tan nerviosa o incluso resulta difícil delegar en algún familiar o pareja para calmar su llanto. La madre tiene el objetivo único de su vida en ese instante de que el niño se vuelva a encontrar bien.
Se trata por tanto de una acción-reacción natural que despierta en el cerebro y provoca una tensión de los músculos y que no es nada fácil de controlar. De hecho, cuantas veces hemos escuchado aquello de llora y no controlas o te dicen que te pones muy nerviosa y no atiendes a nadie ni nada? También ocurre al revés cuando el niño se relaja, la mamá se siente bien, tranquila.
Aquí tenéis la explicación natural, que en el fondo atiende a una escucha atenta y activa de quien depende fundamentalmente de ti y reacciona y se siente a través del contacto corporal. Que los niños estén en brazos hace que se calmen
en la mayoría de las ocasiones. Losportabebéssuelen ser sistemas comodísimos para permitirnos tenerles cerca pero con las manos libres para poder desarrollar nuestras actividades de la vida diaria.