La práctica del colecho reduce la incidencia de la muerte súbita del lactante y además tiene enormes beneficios psicológicos y emocionales en los niños
La grandes instituciones sanitarias recomiendan que los niños recién nacidos y hasta al menos los 6 meses duerman acompañados, es decir, practiquen el colecho. Existen casi 1000 estudios científicos que recomiendan su práctica incluso mas allá de los 3 años.
El niño no está preparado para dormir separado de los padres, ésta ha sido una tendencia relativamente nueva ya que a lo largo de la historia y en casi todas las culturas, lo natural siempre ha sido dormir todos juntos.
Y es además de que somos mamíferos, el «cachorro humano» no se vale por sí mismo, dependiendo 100% de la madre. Es por ello que el ser humano los primeros años de vida se encuentra naturalmente preparado para despertarse cada poco tiempo, para así, asegurar la presencia de sus progenitores y por consiguiente, su protección y supervivencia.
El ganar la confianza y tranquilidad de poder dormir sin que suponga un estado de miedo e inseguridad en el niño puede llevar años. Si esa transición se realiza de una forma tranquila (si la esperanza de vida de los padres actuales es de 100 años hablamos de 4-5años), aumentando su seguridad permaneciendo juntos en la noche hasta que el niño no lo necesite, un día se marchará con asertividad y sin miedo a su propia habitación habiendo trabajado un apego y un vínculo seguro.
El colecho además es beneficioso para los padres. El descanso es mayor, ya que pueden atender a los hijos sin necesidad de levantarse físicamente de la cama, el vínculo entre los hijos se fortalece, se recupera tiempo de estar juntos cuando por el día se pasan jornadas completas de trabajo..en definitiva tiene puntos muy positivos para todos.
Además el colecho favorece:
- El vínculo
- Un apego seguro
- La lactancia materna
- Trastornos de conducta
- Mejora de los ritmos del sueño
- El niño se siente más tranquilo y seguro
El 90% de los niños de todo el mundo duermen acompañados, las sociedades occidentales son las que han incentivado a los padres a separarse de forma prematura de sus hijos durante la noche durante los dos últimos siglos. Hoy son muchos los profesionales e instituciones sanitarias que recomiendan que se retome la vieja constumbre de dormir con ellos.
La Directora del Centro de Salud Mental Infantil de Londres, Margot Sunderland recomienda el colecho incluso hasta los 5 años de edad ya que respaldándose en más de 800 estudios científicos afirma que es importante que los niños duerman con sus padres para que crezcan con salud emocional. Además añade que en uno de éstos estudios, se comprobó que a los niños que se les separa de forma prematura y traumática de sus padres experimenta en su cerebro la misma actividad que si sufriese daño físico. En su libro «La ciencia de ser padres» recopila y cita muchos de ellos.
Otros profesionales como la psiquiatra infantil Ibone Olza, lo recomienda como si de una receta en psiquiatria se tratase para todos los padres como una forma de favorecer lazos y apego.
«En mi consulta de psiquiatría infantil a menudo me encuentro con madres y padres que medio avergonzados terminan confesándolo todo. “Es que …todavía…a veces…no lo puede evitar…en medio de la noche…de vez en cuando…casi siempre… duerme con nosotros”. Se refieren a su hijo o hija, habitualmente de uno, dos, tres, cuatro o cinco años, o más raramente mayor de esa edad. Entonces les miro fijamente y tras un par de segundos de sonrisa por mi parte se lo digo: ¡MUY BIEN!. Estupendo. Fenomenal. ¡Qué suerte! ¡Qué gusto!
En España, cada vez son más los pediatras que se suman a su recomendación. Carlos González es uno de los más repercusión está teniendo gracias a sus ponencias en España y Latino América, entrevistas a los medios y bloggers de todo el mundo y a algunos de sus libros como «Comer, amar, mamar» o «Un regalo para toda la vida» entre otros.
Y es que somos mamíferos, es antinatural adiestrar a los hijos para que duerman solos o que para conseguirlo se recurran a prácticas conductistas como dejarles llorar. Uno de los libros más vendidos de nuestro páis «Duérmete niño» del Eduard Estivill está siendo duramente criticado por su sistema de hacer dormir a los niños a un coste emocional absolutamente sin sentido, el cual, además carece de rigor científico alguno y ha generado y sigue provocando daños importantes a nivel emocional y psicológico en los más pequeños con consecuencias a corto, medio y largo plazo. Así los impactos emocionales pueden ser leves, moderadas o graves.
La psicóloga infantil Rosa Jové a través de su libro «Dormir sin lágrimas» explica cuales son las fases naturales por las que pasa un niño desde que nace, hasta conseguir equipararse al ritmo de sueño del adulto, apoyándose en el rigor científico y las consecuencias de los métodos conductistas de «enseñar a los niños a dormir».
Jaak Panksepp, psicólogo, psicobiólogo y neurocientífico asegura que el colecho es una práctica coherente con la neurociencia y que quien se informe de ello de verdad, lo tendrá verdaderamente en cuenta a la hora de decidir si colechar o no con sus hijos.
En Método Canguro, apoyamos las prácticas que se sustentan en evidencias científicas, que favorezcan un desarrollo integral del niño y suponga la crianza con amor, respeto y empatía. Cada familia es libre de decidir como dormir con sus hijos, pero con ésta entrada aportamos nuestro granito de arena para que entre otras cosas, se pierda un poco más el miedo al amor, al contacto físico e invitaros a los indecisos a soñar en familia 🙂
Adjuntamos las indicaciones de UNICEF para un cohecho seguro.
www.metodocanguro.com