Hace apenas unos días la imagen de Meghan Markle y el Príncipe Enrique presentando en sociedad a su pequeño, Archie Harrison, se hacía viral. Las redes sociales se llenaban de comentarios que aplaudían la decisión de la ex actriz de no ocultar sus curvas postparto ni con colores oscuros ni portando al bebé en brazos (desde Método Canguro pensamos que está estupenda), pero sobre todo por su determinación por luchar por un parto respetado.
Siendo primeriza, como lo es Megan, lo más “fácil” (si es que el trabajo del parto tiene algo de fácil) es dejarse llevar por las recomendaciones de los especialistas y no respetar las decisiones que, como madre, te gustaría tomar. Informar y recomendar es una cosa, pero otra muy distinta es imponer o priorizar modos de actuar sin justificación, es decir, que no existan razones médicas de por medio, como las cesáreas programadas “porque sí”. Algunos médicos imponen prácticas, incluso, desoyendo las recomendaciones de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y/o a leyes vigentes. La razón de abandonar el plan de parto que te habías marcado suelen ser los miedos totalmente comprensibles a que “algo salga mal”. Si para cualquiera de nosotras salirse de los cánones establecidos ya es difícil -a pesar de estar en pleno siglo XXI-, imagínense para una duquesa cuyo hijo es el séptimo en la línea de sucesión del trono de Gran Bretaña.
¿Qué es un parto respetado?
Un parto respetado o humanizada es un modo de atender el proceso del parto en el que se prioriza la voluntad de la mujer que va a dar a luz, respetando sus tiempos fisiológicos. Se busca que el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible y en un ambiente íntimo y afectuoso y donde no realicen intervenciones innecesarias. El parto respetado abarca decisiones tan importantes como dónde tendrá lugar el nacimiento (en el hospital, una clínica, en casa), la forma y la posición de parir y quien acompañará a la mujer en dicho proceso. Poder tener voz en estas cuestiones y que se respeten, marcará el devenir de esta experiencia única y maravillosa.
Toda mujer que vaya a convertirse en madre tiene derecho a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieran darse durante el proceso del parto; además de tratarlas con respeto y afecto. Además de ello, se deben respetar sus tiempos biológico y psicológico, darle libertad de movimiento, evitando prácticas invasivas así como el suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la mujer o su hijo.
¡Infórmate y lucha por el parto que quieres!
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