La motricidad en bebés se refiere a la capacidad del recién nacido para mover su cuerpo y controlar sus movimientos.
Durante los primeros meses de vida, el bebé comienza a desarrollar habilidades motoras que son esenciales para su crecimiento y desarrollo. A través de ellos se realizan importantes integraciones de reflejos y conexiones neuronales.
En los primeros meses el bebé se centra principalmente en el desarrollo de la motricidad gruesa. A medida que crece y madura, comienza a desarrollar habilidades motoras más finas.
En el tercer mes de vida, el bebé ya puede levantar la cabeza mientras está boca abajo. Es importante que los padres estimulen la motricidad del bebé, para que se desarrolle adecuadamente. No hace falta forzar posturas para las que el niño no está preparado. No hay que poner forzosamente al bebé bocabajo. Lo hará por su cuenta. Tampoco se debe hiperestimular.
El sistema nervioso del bebé está en pleno desarrollo durante los primeros meses de vida, y esto afecta directamente el desarrollo de la motricidad. Algunas de las habilidades que el bebé desarrolla durante este periodo incluyen mantener el equilibrio, coordinar movimientos y alcanzar objetos. Es importante que los padres proporcionen un entorno seguro y estimulante para el bebé, para que pueda desarrollar estas habilidades de forma segura.
Los hitos evolutivos en bebés son las habilidades y logros que los niños suelen alcanzar en su desarrollo durante los primeros años de vida. Estos hitos son importantes indicadores del desarrollo infantil y pueden ser utilizados para evaluar el progreso y la salud del niño.
Algunos ejemplos de hitos evolutivos en bebés incluyen:
- Levantar la cabeza y el cuello mientras está acostado boca abajo (alrededor de los 2-3 meses).
- Sentarse sin apoyo (alrededor de los 6-8 meses).
- Gatear (alrededor de los 8-10 meses).
- Pararse sin apoyo (alrededor de los 9-12 meses).
- Caminar (alrededor de los 12-15 meses).
Además de estos hitos motores, también hay hitos sociales, emocionales y cognitivos. Estos pueden incluir sonreír y reír en respuesta a estímulos sociales (alrededor de los 2-3 meses), reconocer y responder a su nombre (alrededor de los 6-7 meses) y decir palabras o frases simples (alrededor de los 12-18 meses).
Motricidad en bebés: cada bebé tiene su ritmo
Es importante tener en cuenta que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que el tiempo que tarda en alcanzar cada hito puede variar ampliamente. Sin embargo, si un niño no alcanza un hito evolutivo en el plazo esperado, es posible que necesite una evaluación más detallada para descartar cualquier problema de desarrollo o de salud subyacente.
Una de las mejores maneras de estimular la motricidad del bebé cuando tienen pocos meses, no es colocarlo boca abajo, como indican muchos profesionales. La idea es proporcionar espacios seguros en los que el bebé pueda moverse y desarrollarse en libertad. Las posiciones boca abajo las realizarán cuando tenga fortalecidos los músculos del cuello y la espalda.
Esto es esencial para el desarrollo de la motricidad gruesa. Adelantar etapas o forzar situaciones para las que el bebé no está preparado puede ser contraproducente. Muy interesante consultar la información que arrojó la pediatra Emmi Pikler al respecto.
Juguetes, porteo, juego libre y actividades con movimiento
A medida que el bebé crece, se desarrolla y se vuelve más activo. Los padres pueden ayudar a fomentar el desarrollo de la motricidad del bebé ofreciendo o proporcionando juguetes que sean seguros y adecuados para su edad. Importante que no sean sobrestimulantes. Es necesario evitar luces, sonidos estridente…
Además, los padres pueden ayudar al bebé a desarrollar su motricidad a través del juego y las actividades que involucren movimiento. ¿Sabías que el porteo les ayuda en el desarrollo de su sistema vestibular y el equilibrio? Además es algo que se puede practicar con ellos desde el primer día. Y es que el porteo y juego libre tienen sus beneficios.
En resumen, la motricidad en bebés es esencial para su crecimiento y desarrollo. Durante los primeros meses de vida, el bebé se centra principalmente en el desarrollo de la motricidad gruesa. Los padres pueden ayudar al bebé a desarrollar sus habilidades motoras mediante la «no» estimulación y proporcionando un entorno seguro y adecuado. Es importante recordar que el desarrollo de la motricidad del bebé es un proceso gradual y que cada bebé se desarrolla a su propio ritmo.
Permitir que el bebé evolucione a posturas cada vez más complejas es lo natural. Evitar siempre adelantar hitos o forzar etapas. Puede tener consecuencias a la hora de no integrar bien los reflejos. ¡La naturaleza es sabia: escucha a tu bebé con tu mirada atenta!
Feliz crianza 😉