La OMS recomienda una lactancia materna de, al menos, seis meses. Sin embargo, la baja por maternidad en España es de 16 semanas, de modo que, cuando el bebé apenas acaba de cumplir cuatro meses, se supone que tenemos que reincorporarnos de nuevo. En muchos casos, esta reincorporación precipita el abandono de la lactancia materna que tanto nos ha costado y es que, está claro que el mundo laboral está diseñado en base a los intereses de los hombres. No son pocas las madres que suman también sus vacaciones o incluso cogen una excedencia para conseguir alcanzar la imposible recomendación de la OMS.
Llegado el momento de la reincorporación, reducen la jornada, reestructuran su horario, se extraen leche en el trabajo, van corriendo de casa al trabajo y del trabajo a casa y exprimen las últimas horas del día sin separarse de su bebé.
Ante esta realidad, no es de extrañar que muchas mamás se harten y se lancen al emprendimiento, como el mejor camino para conciliar. Dar el pecho a demanda significa tener al niño encima casi todo el día, y esto no es fácil de compaginar con la vida laboral. El porteo y el teletrabajo facilitan la lactancia y la conciliación con el trabajo. El porteo genera mucha tranquilidad al bebé, se practica el piel con piel y es el mejor lugar para dormir. Gracias al porteo, muchas mamás pueden, hoy día, trabajar y estar con su bebé. Lo ideal para muchas mujeres es combinar ambas actividades, y no escoger entre los hijos y el trabajo. La maternidad es un camino maravilloso y transformador que vale la pena vivir con todo lo que nos regala y trae a nuestras vidas, por tanto, no debemos renunciar a él. La opción del porteo nos puede permitir laborar y atender a nuestro bebé al mismo tiempo. Así lo hicieron nuestras antepasadas, cuando recogían los frutos de la cosecha, por tanto, ¿por qué no intentar hacerlo nosotras? En caso de no ser emprendedoras, siempre podemos intentar llegar a acuerdos con nuestras empresas, ofrecer la posibilidad de teletrabajar desde la responsabilidad; de esta forma, podremos trabajar y portear. Y es que, no debemos permitir que la sociedad nos incite a renunciar tan pronto a un vínculo tan mágico. Luchemos cada día y alcemos la voz para poder ofrecerle a nuestros hijos la crianza que ellos necesitan.