Los casos de sarampión se multiplicaron en 2017 de manera alarmante respeto a años anteriores. Según la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se registró un aumento el 400% pasando de 5.273 casos en 2016 a 21.315, de los cuales 35 fallecieron.

Este aumento significativo se debe, en gran medida, a que muchas personas optaron por no vacunar a sus hijos, también hubieron recortes las campañas de vacunación en el sistema sanitario de algunos países.

Esta dolencia afecta a personas de todas las edades y es altamente contagiosa, llegando a infectar alrededor del 90% de las personas que están en contacto con el enfermo –si no están vacunadas-.

Los casos de sarampión se dispararon en 15 de los 53 países de Europa y Rusia. España no está entre los países más afectados, mientras que Rumanía lidera el número de casos con un total  de 5.562 casos, seguido de Italia con más de 5000. En 2016, hubo 89. 780 muertes por sarampión en todo el mundo, la mayoría de ellas menores de 5 años.

¿Qué es el sarampión?

El  sarampión es una enfermedad causada por un virus de la familia de los paramixovirus y se contagia, generalmente, a través del contacto directo y del aire. Los síntomas del sarampión son: fiebre alta (38,5C mínimo), tos, mucosidad y aparición de granitos rojos que se extiende desde la cabeza al resto del cuerpo. Se trata de una enfermedad que puede tener graves consecuencias en la salud, llegando a ocasionar la muerte  por las complicaciones respiratorias, infeccionas y neurológicas.

Dicha enfermedad puede prevenirse de manera segura y eficaz con una vacuna. Antes de que se generalizara su uso en 1963, se registraban epidemias que podían causar más de 2 millones de muertes al año en todo el mundo. Se estima que entre 2000 y 2016, la vacuna contra el sarampión evitó más de 20 millones de muertes, descendiendo un 84% la mortalidad. A pesar de estos datos, todavía hoy es de una de las principales causas de muerte entre los niños pequeños.

Por todo ello, la OMS recomienda la vacunación como medida preventiva más eficaz, siendo 100% efectiva si se suministran las dos dosis. Si se ha estado en contacto con una persona con sarampión, los expertos recomiendan vacunarse en un plazo máximo de 72 horas. La vacunación contra el sarampión ha reducido la mortalidad mundial en un 84% entre 2000 y 2016.

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