El método Montessori nace de la mano de María Montessori. Esta médico se interesó por la educación de niños con trastornos en el desarrollo intelectual y sus descubrimientos sobre pedagogía se aplican hoy en miles de colegios en todo el mundo. ¿Queréis saber las claves Montessori?

Se trata de una pedagogía cuyos principios giran entorno al respeto por el ritmo y las necesidades individuales de cada niño. En su enfoque pone a las necesidades físicas, sociales, emocionales y cognitivas en el centro. Muchos colegios estructuran sus proyectos entorno a sus principios metodológicos, pero también se pueden aplicar en casa.

Os dejamos algunas ideas de su método pedagógico para que podáis adaptarlo en el hogar:

Lo primero importante es que el Montessori es una filosofía. Se trata de que se haga accesible todo lo que se le ofrece al niño con el fin de que pueda ser autónomo a la hora de jugar y vivir en la casa.

De esta manera, en la casa se debe optar por adaptar espacios diáfanos. limpios y con recursos accesibles y apropiados del interés del niño. Pero no sólo su dormitorio debe ser un lugar adaptado y seguro, sino que en la medida de lo posible se debería aplicar a todos los espacios de la casa. En la cocina por ejemplo, tener sus platitos y vasos a su altura para que los pueda utilizar. Una jarrita cerca o un alzador para llegar a la encimera etc… Siempre teniendo en cuenta su edad.

Su lugar de juegos debe tener pocos juguetes pero enfocados a sus intereses. Se escogen unos pocos en función de las áreas a trabajar y nunca se ofrecen más de 3 o 4. La manera en la que se exponen los juguetes le otorgan un valor. El niño debe sentir el cuidado que se le otorga para que ellos a su vez, respeten los juguetes y los materiales que se le ofrecen.

Juguetes y mobiliario adaptado a la edad

Todos los juguetes y el mobiliario del espacio en el que va a estar el niño debe fomentar su autonomía y su independencia. De esta manera, debe tener todo adaptado a su altura para facilitarle el acceso a sus juegos e intereses. De esta forma, se pretende estimular su curiosidad y con la idea de que el niño explore y descubra las propiedades y relaciones de los juegos por sí mismo.

Un claro ejemplo de una habitación Montessori sería aquella en la que tiene su estantería a su altura. La cama sin altura o muy poca para que pueda acceder y bajarse solo sin ayuda. Una alfombra que le aisle del frío del suelo y que le permita jugar de una manera cómoda y segura. Un triángulo trepador cuando es bebé para potenciar el desarrollo psicomotor y unos pocos juguetes previamente seleccionados para su edad y de su interés.

Por supuesto es importante evitar elementos pequeños para bebés por riesgo de asfixia. Unos recursos que quizá luego con 6-7 años si podrá manipular libremente. Hay que tener cuidado con algunos juguetes de madera. Está muy de moda y es verdad que los juegos si son de elementos libres de plásticos, tinturas etc mejor que mejor, pero ojo, que son juguetes duros y a veces pueden hacerles daño.

En sintonía con la pedagogía Waldorf, los juguetes y todo lo que tiene que ver con recursos educativos deben ser sencillos. Siempre adaptados a sus intereses y versátiles. Que el mismo material sirva para aplicar juegos diferentes. Huyen mucho de los juegos con luces e «hiperestimulantes» porque merman la creatividad y la imaginación del niño. Así las muñecas específicas de Montessori en casa o Waldorf carecen de expresión en la cara. Suelen ser de trapo y sin expresión con el fin de que el niño pueda dotar al bebé de la que considere sin estar condicionado.

¿Cuál es el papel del adulto en la filosofía Montessori?

En la metodología Montessori, se evita la intervención del adulto. Así la madre o el padre en casa, se convierten en observadores minuciosos de sus descubrimientos e intereses. De hecho en los colegios Montessori a los maestros se les llaman «guías». Así, la idea es que el niño encuentre relaciones lógicas entre los elementos de juego y a través de sus materiales específicos saque sus propias conclusiones de su interacción con ellos.

La importancia de la rutina

Otro de los fundamentos de la metodología Montessori para casa ha de ser el proveer al niño de una rutina. Este hecho les hace sentirse seguros y les ayuda en su estructura de tiempos. A su vez y según la edad de cada niño, es interesante adaptarse a sus ritmos y necesidades. Sus gustos también van cambiando y evolucionando. Los padres en casa, deben estar atentos a los nuevos retos y necesidades que plantean para incorporar nuevos recursos y aprendizajes.

Valores: clave Montessori para un hogar feliz

Fomentar el respeto. Enseñar al niño a respetar a los demás y a sí mismo, y a tratar a los objetos con cuidado. En este sentido, también que el niño participe en las rutinas y colabore en las tareas del hogar le hace sentirse partícipe y responsable de las tareas del hogar. En el método Montessori, el trabajo en equipo es muy importante. El respeto por el valor que aportan los demás y el apoyo de los unos a los otros sientan las bases de compañerismo, empatía y solidaridad.

En la metodología Montessori, es interesante estar atento a las oportunidades de aprendizaje en el día a día, y proporcionar oportunidades para que el niño practique y desarrolle habilidades. Muchas de ellas se pueden aprender sin recursos específicos. Simplemente aprovechando lo que hay en el ambiente de forma natural. Además, los niños en casa, como en el colegio, dan valor a aquello que nosotros como adultos y referentes dan valor.

¿Límites sí o límites no?

Los límites también juegan un papel importante. Con anticipación se le debe explicar los límites existentes de su juego, materiales y relación con los demás. Es interesante añadir pinceladas de disciplina positiva en este sentido para conjugar todo un ambiente de educación respetuosa y consciente. Así, en casa, se debe fomentar la comunicación abierta y el diálogo, y escuchar atentamente al niño para entender sus pensamientos y sentimientos.

No se trata de atender a todas sus demandas, pero si entenderle y tener una comunicación en la que reine el respeto. Respeto en casa significa hacia los juguetes pero también hacia las demás personas que se encuentren en la casa. Es importante que el adulto intervenga si suceden eventos de violencia o disputas peligrosas entre hermanos por ejemplo. Es importante que los niños intenten resolver los conflictos por su cuenta pero si no es posible y hay riesgo de agresión, el adulto, debe intervenir.

Siguiendo estas claves, se puede crear un ambiente hogareño «Montessori» que promueva el desarrollo y la felicidad del niño. Sin embargo, es importante recordar que cada niño es único e irrepetible y puede tener necesidades y preferencias diferentes, y es importante ser flexible y adaptarse a sus necesidades.

Foto: @alerogomom