La crianza consciente y respetuosa se basa en educar en positivo, desde la paciencia, el respeto y la empatía.

La autoridad y “mano dura” han sido los pilares de la crianza tradicional 

Cuántas veces hemos escuchado: “en mi época eso no pasaba”. Y ahora pensamos: “Menos mal que eso ya no pasa”. Poco tiene que ver la crianza tradicional de nuestros padres con la crianza respetuosa y consciente que están recibiendo nuestros hijos.


Históricamente se ha naturalizado el uso del castigo corporal (“una cachetada a tiempo…”) y otros métodos autoritarios para educar y establecer límites a los niños y niñas. Sin embargo, los métodos violentos y autoritarios tienen que quedar en el pasado (bien encerrados), ya que tienen un impacto muy negativo en el desarrollo emocional.


En lugar de eso, se tiene que optar por métodos mucho más respetuosos que velen por la dignidad de los niños. Una crianza basada en el amor incondicional, paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad.

¿Cómo era la crianza tradicional?

Cuando hablamos de crianza tradicional, nos referimos a aquel modelo basado en el miedo y reforzada por los castigos, los premios, los chantajes y los gritos. Según algunos expertos, los niños criados bajo un estilo autoritario tienden a ser autónomos y muy exigentes tanto con ellos mismo, como con los demás.


Este tipo de crianza ha dejado a muchos un sinfín de traumas. Si bien es cierto que no se cuestionaba el establecimiento de los límites y respecto a la autoridad, esto se producía puramente por miedo. Por tanto, se invalida el lado positivo que pudiera tener este modelo tradicional obsoleto.

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¿Cómo es la crianza respetuosa o consciente?

La crianza respetuosa o consciente es un estilo de vida que consiste en tratar a los hijos desde el apego, la empatía, el amor, la comprensión, el trato igualitario y el respeto, alejándose de la crianza tradicional.

Algunos críticos hablan de que es una crianza más permisiva, menos exigente y, por tanto, los niños se vuelven más demandantes y tienen más problemas para aceptar el rechazo. A pesar de esto, la manera actual de criar crea, sin duda, una sociedad mucho más civilizada, empática y justa, donde la igualdad es uno de los pilares.

 

La teoría del apego de John Bowlby

La teoría del apego desarrollada por John Bowlby durante los años 1969 a 1980, describe el efecto que producen las experiencias tempranas y la relación del referente principal en el desarrollo del niño.


Bowlby (1907 – 1990) explica el vínculo afectivo que se crea entre el bebé y su cuidador principal, es decir entre padres e hijos. De hecho, esta teoría enuncia que venimos preprogramados biológicamente para construir vínculos con los demás y que estos nos ayudan a sobrevivir.


Una de sus máximas es que un niño debe recibir el cuidado continuo de la figura de apego más importante durante los primeros años de vida. Así se fomentará una relación sana con sus progenitores, se promueve la comunicación y, por tanto, se fortalecerá la relación entre ambos.


El psiquiatra y psicoanalista creía que las causas del estado de salud mental y los problemas de comportamiento podían atribuirse a la primera infancia.

– Crianza desde la empatía y el respeto

La crianza respetuosa pone el foco las necesidades del niño. El respeto y las muestras de atención son dos pilares básicos de este estilo de educación. Cuando un bebé llora, se le debe atender. Atrás quedó aquello de “déjale llorar, que así ensancha los pulmones”. 

Gracias a este tipo de crianza, las padres y madres establecen un vínculo muy especial con sus hijos donde el amor incondicional es la máxima forma de expresión. Los beneficios de este tipo de crianza es que acompañas a tu hijo en su proceso de crecimiento desde un punto de vista consciente.

– Principios de la crianza respetuosa

  • Cada niño es único y tiene sus propias necesidades. Por tanto, cada proceso de crianza es diferente.
  • Cubre las necesidades esenciales del niño, reforzando su bienestar y felicidad.
  • Las demostraciones de amor, base de este tipo de educación. 
  • Empatizar y sintonizar con los hijos para entender cómo se sienten y cuáles son sus necesidades. 
  • Tratar a los niños de igual a igualy valorar sus decisiones
  • No se usa el castigo como forma de corrección. El objetivo es educar en positivo.
  • El objetivo es educar en positivo.
  • Los padres están muy presentes en el día a día de sus hijos.
  • Potencia la inteligencia y gestión emocional y fortalece la autoestima
  • Promueve la comunicación asertiva.
  • Aumenta la autonomía.

Mitos sobre crianza consciente

Los detractores de la crianza respetuosa confunden esta manera de educar con la idea de que a los hijos se les permite hacer lo que quieran porque no existen los castigos. Sin embargo, los límites sí existen en la crianza respetuosa porque son necesarios, pero se pactan entre padres e hijos. 

  • Algunos padres de hoy presentan una especie de temor a las de sus lágrimas y frustración de sus hijos.
  • Hoy en día no se corrige al niño si cometió la mala acción.
  • Dificultad de establecer límites claros o no conocen las normas por que no tiene una autoridad definida.
  • Los niños son mucho más dependientes que antes. 

Mitos sobre la crianza tradicional

  • “Un cachete a tiempo”: La nalgada es producto de la frustración de los adultos al tratar de detener una conducta, no les ayuda ni les enseña nada.
  • “La letra con sangre entra»: la lección se aprende en un ambiente de paz, seguridad y confianza, desde el respeto.
  • “Es solo un golpe correctivo”. La violencia nunca es el camino.
  • “Hay que educar con mano dura”: La crianza requiere de una mano respetuosa, amable y, al mismo tiempo, firme (pero nunca violenta).

En resumen, antes se usaba la fuerza como correctivo y ahora se apuesta por el diálogo para afrontar este gran reto y responsabilidad que es la crianza. Todo cuidador tiene la responsabilidad de proteger, cuidar y formar a la niña o niño mediante una crianza afectiva y respetuosa. Debe respetar todos los derechos del pequeño, donde no hay espacio ni para el maltrato (físico o psicológico), ni las amenazas, ni los gritos. Es decir, hay que apostar por la promoción del buen trato y la crianza respetuosa de los derechos humanos, y luchar por la erradicación del castigo corporal y humillante.


¿Tienes dudas sobre cómo prepararte para la crianza? Escríbenos 😉