La adaptación a la vida extrauterina
El nacimiento de un hijo se convierte en uno los momentos culmen de la vida de una mujer. La reciente madre pasa de una vida a otra radicalmente distinta en la que el centro es el bebé. Un niño que nada más nacer debe entrar en contacto con la piel de la mamá produciéndose ahí la primera mirada cómplice y la lactancia materna.
A partir de ese instante, la madre toma consciencia de que su hijo depende absolutamente de ella para su supervivencia. Una responsabilidad enorme y preciosa.
Poco a poco los hospitales van respetando y fomentando la importancia de mantener al recién nacido en contacto piel con piel con la mamá y procuran dejara ambos unidos, al menos dos horas antes de realizar el test de Apgar. Una prueba que realiza el neonatólogo para evaluar la adaptación del bebé a la vida fuera del útero. Tras dos días de hospitalización o tres en caso de cesarea, la vuelta a casa se convierte en un momento de cierto vértigo para los padres primerizos.
Lo mas importante es confiar en los instintos
La alimentación: Si es lactancia materna o artificial, será a demanda, sin horarios, aunque «suelen pedir alimento» cada dos o tres horas. Los bebés alimentados de leche materna pueden requerir el pecho para sentir placer, apego, amor y no necesariamente por hambre. Cabe destacar que el chupete es un sustituto del pezón, pero lo natural es el pecho.
El baño: Los dermatólogos desaconsejan el baño del recién nacido los primeros días ya que nacen con una capa de grasa gelatinosa llamada vérmix que es oro en crema para su piel con lo que no se debe retirar.
El primer baño se puede realizar entre el tercer y sexto día después del nacimiento. Debe tratarse de un momento de placer para el bebé. Para ello es importante que el agua tenga una temperatura adecuada (37-41 grados), y se realice después de la toma. Los jabones deben utilizarse en cantidades mínimas y no se deben utilizar esponjas ya que quitan la capa protectora de la piel. Es importante anotar que no se le debe bañar todos los días. El agua y los jabones erosionan la piel. El baño debe hacerse en un ambiente calentito para que no coja frío (un calefactor por ejemplo) y al sacar al bebé del agua, se le debe secar muy bien todos los pliegues, sino podrán salir con facilidad levaduras. Tras secarle, es fundamental hidratar bien la piel con crema.
Los oídos se pueden limpiar con una gasita, hay que tener mucho cuidado con los bastoncillos si se utilizan.
El cambio del pañal: Debe realizarse cada vez que hacen caca y sino cada 3-4 horas. Pincha aquí para consultar nuestra entrada de nuestra dermatologa sobre como realizar el cambio del pañal de una forma óptima.
Las uñas: Las manoplas para el recién nacido son un recurso habitual para evitar que se arrañen pero lo cierto es que se pueden cortar las uñas desde el primer día o si se prefiere se pueden limar.
El cuidado del cordón umbilical: Su función dentro del útero era unir al bebé con la placenta. Era por donde le llegaba el oxigeno y los nutrientes al bebé. Al nacer, se corta, sin prisa, ya que tras el alumbramiento aporta una enorme cantidad de hemoglobina y hierro y además mejora la adaptación cardiopulmonar entre otros beneficios.
Al cortarlo, se pinza por ambos lados y se corta por el medio. Se queda finalmente una pequeña herida indolora que se va cerrando poco a poco. Los cuidados en casa consisten básicamente en mantenerlo sequito y administrar un poco de cristalmina , no se aconseja el alcohol.
El sueño: Siempre se ha dicho que alimenta más el dormir que el comer y de alguna forma es cierto. Un recién nacido puede pasarse hasta 22 horas durmiendo al día, despertando sólo para comer. De forma natural se despertará cada rato para saciar su pequeño estomaguito o simplemente para notar cerca a su mamá.
En principio salvo casos en los que el pediatra diga lo contrario porque no esté aumentando se peso de forma adecuada o cualquier otro motivo, no se le debe despertar.
El lugar elegido por los padres para que duerma por la noche ha de cumplir las normas básicas de seguridad, ya sea colechando, en cuna o cuco. Eso si, se recomienda que el recién nacido hasta que cumpla al menos 6 meses duerma en la habitación de los padres.
¿Cómo saber cuanto abrigarle? Los recién nacidos y hasta los 5 meses aproximadamente no regulan bien su temperatura. Se les debe abrigar como la madre pero con una capita más: una chaquetita o una mantita en invierno para estar en casa (temperatura óptima 22 grados) y en verano al menos con un body de manga corta.
¿Que hacer en el caso de que no deje de llorar? Puede tratarse de un cólico del lactante. Pincha aquí.
Los cuidados digamos físicos son importantes pero lo fundamental es que desde el primer día reciba todo el cariño de sus padres, es importante decir que el apego adecuado nace desde el primer día, e incluso antes durante el embarazo y por lo tanto no se debe temer a tenerle en brazos, portearle, acariciarle, besarle, cantarle y decirle todas las cosas preciosas que inspire (que no seran pocas). 😉
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