El famoso científico y escritor Eduard Punset da a conocer el funcionamiento del cerebro de los bebés en varios de sus libros.

En su obra «El viaje al amor» el autor afirma que los bebés necesitan amor para desarrollarse y crecer, la falta de amor determina el adulto que será en el futuro. Para que nuestros hijos sean adultos felices y llenos de amor deben sentirse amados durante su infancia.

Estas afirmaciones son muy importantesen una época donde el conductismo está a la orden del día. Libros como «Duérmete niño» de Estivill vende miles de ejemplares al año. Un libro en el que se adiestra a los bebés para que duerman a través del llanto y el sufrimiento, el sueño es un proceso madurativo y natural que no se debería interferir con técnicas conductistas y  poco respetuosas  hacia el bebé y los padres.

Se ha demostrado que aplicar el «método Estivill» en bebés y niños hace que aumente el estrés y el nivel de cortisol en su cerebro. Si se permite que un niño crezca con carencias emocionales, su desarrollo cerebral no puede ser pleno porque esa impronta deja huella a lo largo de su ciclo vital. Se debe educar con amor y tener una cercanía íntima durante los dos primeros años de vida del bebé, los más importantes en cuanto a cambios que tiene su cerebro. De esta forma se favorece un desarrollo fuerte y sano de sus mecanismos neuronales para que ese niño crezca con alta autoestima y fortaleza emocional.

Para educar en el amor es importante favorecer el contacto físico (a través del porteo), el contacto piel con piel, los abrazos, las caricias aportan lseguridad para crecer sin miedo y sin inseguridades.

Si se necesita ampliar información sobre el tema: el libro «El cerebro del niño» de Daniel J.Siegel, o el documental «El cerebro del bebé» de Eduard Punset.