La leche materna tiene altas concentraciones de triptófano, un componente que ayuda al niño a dormirse antes y a que disfrute de un sueño de mejor calidad
La leche materna es el mejor alimento para el bebé. Sus beneficios son incontables y sus efectos, para toda la vida (no sólo durante la infancia), lo dice la ciencia. Por ello, no es de extrañar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiende la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y que siga suministrándose hasta, al menos, los dos años. Además de potenciar el vínculo entre madre e hijo, la leche materna ayuda al bebé -y por ende a la mamá- a descansar mejor por la noche. Si bien es cierto que la lactancia materna retrasa el momento en que el bebé descanse durante la noche sin interrupciones, eso no forzosamente significa que el bebé duerma mejor cuando se le retira el pecho. Es decir, dormir mejor no equivale a dormir sin interrupciones. La Asociación de Pediatría defiende que más que la cantidad de despertares nocturnos, importa la capacidad del bebé de continuar el sueño sin desvelarse.
Sabemos que la leche materna cambia según las necesidades nutritivas del bebé para ofrecer un alimento óptimo en cada momento. Pues bien, ésta también desarrolla ciertas propiedades por la noche para ayudar al bebé a conciliar mejor el sueño; y, si el pequeño descansa mejor, la mamá también lo hará. El secreto está en que por la noche la leche materna posee un contenido más elevado de algunos nucleótidos (componentes del ADN) y mayor contenido de prolactina, triptófanos y melatonina, que actúan como inductores del sueño. El triptófano(aminoácido esencial para la nutrición humana) es un componente clave para el sueño del bebé ya que le permite descansar más y mejor, y que desarrolle unos ritmos saludables de sueño y vigilia. Este componente participa en la creación de serotonina, un neurotransmisor fundamental para la regulación del sueño y también del placer. Por tanto, ayuda a mantener el equilibrio de factores como el estrés, el insomnio y la ansiedad en el bebé. A su vez, este aminoácido está relacionado con la melatonina, una hormona que alcanza sus niveles máximos en periodos de oscuridad. Todo ello propicia que los pequeños logren equilibrar sus ciclos de sueño y vigilia. El porteo seguro también ayuda.
¿Por qué son importantes las tomas nocturnas?
La lactancia materna por la noche puede llegar a ser agotadora para las mamás, ya que interrumpen su descanso; la mayoría de bebés demandan pecho una media de tres o cuatro veces por la noche. Sin embargo, los beneficios de apostar por la lactancia materna a demanda también por la noche son tantos que merece la pena el esfuerzo. Hay que tener en cuenta que la ingesta de leche materna por la noche supone hasta un 20% del total de alimento diario de un bebé de entre uno y seis meses. Ahí radica su importancia de cara al crecimiento y desarrollo del pequeño. Además, dando el pecho por la noche se favorece el bienestar y seguridad del hijo al tenerlo cerquita durante en sus primeros meses de vida. Curiosamente, un de la Universidad de California, respalda que los bebés de tres meses con lactancia materna exclusiva duermen entre 40 y 45 minutos más que los que toman fórmula. Por si todo esto fuera poco, son numerosos los estudios que respaldan que la leche materna disminuye un 50% el riesgo de muerte súbita del lactante.
En resumen, los niños alimentados con leche materna en exclusiva presentan un ritmo más claro de sueño y vigilia, además de un periodo de «sueño real» durante el descanso nocturno.
El colecho y la lactancia a demanda, pueden ayudar a un mayor descanso, ya que muchas veces si el bebé se encuentra distanciado de la madre o se le alimenta con biberón, el tiempo que se «pierde» hasta que se le puede atender, desemboca muchas veces en que se desvele y tarde más tiempo en volver a dormirse.
Como todo, cada familia debe evaluar que es lo que desea y cuales son sus preferencias, prioridades y posibilidades.
Por el día también es muy importante la lactancia lactancia y, afortunadamante, hay recursos como los portabebés ergonómicos que te permiten incluso dar el pecho mientras porteas como, por ejemplo, la bandolera Amarsupiel.