“La sexualidad infantil existe, es sana y necesaria para el desarrollo pleno del niño”. Así de directa se muestra la reputada  psicóloga infantil Laura Perales Bermejo en un su web Crianza Autoregulada. Perales habla, sin tapujos, de la influencia cultural y moral que muestra el sexo como algo impuro, “sucio”, y, por ello, se intenta alejar al niño de él. La experta denuncia que este siga siguiendo un tema tabú condicionado por la represión vivida durante la infancia y también destaca la incapacidad de muchos adultos de abordar y aceptar el tema con naturalidad.

Ante las preguntas relacionadas con este tema de los niños, Perales considera que lo mejor es aportar una explicación real huyendo de usar mentiras o evasivas para evitar hablar sobre ello. Para ella, un comportamiento como tocarse los genitales no debería provocar una reacción adversa por parte del adulto ya que esto podría afectar al desarrollo psicocorporal del niño y favorecería que esta actividad sea etiquetada como algo malo y sucio cuando para el pequeño esta parte del cuerpo no es distinto a una oreja o una mano. Si poder «invitarles» a hacerlo en un lugar más íntimo.

Perales, que ofrece talleres sobre la sexualidad infantil y tiene su propio programa de Formación Anual en Crianza Consciente,  habla de curiosidad sana y experimentación en un ambiente sano y de respeto. “El niño debe tocarse si lo desea. No ocurre nada malo, debemos desterrar nuestros fantasmas personales en ese aspecto. De hecho entre los 2-3 años el niño comienza a hacer esto, cambiando la fuente de placer del pecho de la madre, produciéndose un destete natural, el fin de la fase egocéntrica, la base del comienzo de las relaciones sociales con sus iguales (otros niños) y de la posterior curiosidad epistemológica que se verá en plenitud a partir de los 7 años de edad, ”explica en su artículo titulado Prevención y recomendaciones sobre abuso sexual infantil”. Y es que la sexualidad, como cuenta, no se reduce al coito si no que es todo aquello que implica placer.

No todo vale

Sin embargo, es preciso matizar que nunca se debe obligar a nadie que no quiera hacerlo y que los niños y las niñas deberían tener el mismo derecho a ser respetados en la sexualidad, algo que vivir en una sociedad patriarcal no siempre favorece. En resumen, Perales defiende que no se debe reprimir la conducta sexual infantil y ofrece herramientas para evitar abusos sexuales. Para ella, la educación, la información, la naturalidad y experiencias saludables respecto a la sexualidad son vitales para detectar conductas inapropiadas, que pueden darse, especialmente,  en crianzas autoritarias debido que favorece la anulación del yo del niño y crean pequeños sumisos.

Otro tema muy importante a destacar es de dónde viene esta información tan necesaria para su desarrollo. La experta recomienda que el niño recurra a los padres y no a contenidos que puedan encontrarse en internet o los medios de comunicación. Una manera de normalizar la sexualidad es hacerlo a través de cuentos y/o dibujos. La naturalidad y la honestidad, como punto de partida para afrontar un tema que sigue siendo tabú para la muchas sociedades.

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