Cada vez hay más información sobre portabebés en internet, sobre todo de los beneficios de portear al bebé, los diferentes portabebés que hay en el mercado, cómo usarlos, etc. Pero todavía hay muchas tiendas, sobre todo las de puericultura general, que llenan sus escaparates de portabebés no ergonómicos. Las diferencias entre portabebés ergonómicos y no ergonómicos son muy visuales, pero todavía hay gente que no aprecia la diferencia entre ambos.
Lo cierto es que la mayoría de veces tanto los padres como los bebés que usan mochilas no ergonómicas (también llamadas «colgonas») se les ve bastante felices, pero estos son algunos de los factores de por qué ese tipo de mochilas son dañinas:
– Su forma rígida provoca que el bebé tenga la columna totalmente recta, no respeta la fisiolofía de la columna del bebé, que es en forma de «C», haciendo una curva natural que ellos mismos cogen, de otra manera se está forzando al bebé a cambiar su postura.
– En la mayoría de estas mochilas, el hueco donde reposa su peso es demasiado estrecho, con lo que está provocando que todo el peso recaiga sobre su zona genital, algo nada recomendable, sobre todo para los varones. En un portabebés ergonómico, como nuestra mochila portabebés, esa zona es más ancha y los bebés van sentados. Además, sus tirantes son acolchados y tiene soporte lumbar.
– Al recaer su peso en los genitales sus piernas van colgando. Esto puede forzar las caderas del bebé y llegar a deformarlas provocando displasia o dislocación de cadera como explica el Instituto Internacional de la Displasia de Cadera.
– Nunca deben ir mirando hacia afuera: esta postura les hace forzar aún más la espalda, no les permite apoyar la cabeza y no le sostiene correctamente la columna, pierde la referencia visual de sus padres (es importante ya que pierden la visibilidad con sus padres y piensan que van solos pero no pueden detenerse ya que van empujados). Además les provoca sobreestimulación y se pueden sentir muy nerviosos e irritables.
– El bebé está separado del cuerpo del porteador y queda muy abajo, por lo tanto corre el riesgo de desequilibrar y caer hacia delante. Esto ocurre porque estas mochilas no tienen un correcto ajuste personalizable a la persona que lleva al bebé, sino que tiene varias posiciones a las cuales se tiene que adaptar (o no) el porteador. En el caso de un portabebés ergonómico, como puede ser un fular o nuestra mochila portabebés, éste se adapta al cuerpo del porteador.
Estas mochilas no ergonómicas todavía se encuentran en el mercado porque aún teniendo los defectos señalados anteriormente cumplen con la normativa, aguantan el peso determinado por el fabricante y no están fabricadas con materiales tóxicos. Si vas a comprar o regalar un portabebés visita nuestra web.