Una tendencia preocupante y extendida recientemente entre las mujeres es ganar menos peso durante la gestación y perderlo rápidamente tras dar a luz, impulsado por unos ideales de belleza poco reales y una presión social que hace un flaco favor a las mujeres en general y a las madres en particular. De ahí que surjan afecciones como la pregorexia.
Se trata de un trastorno alimenticio en el embarazo que se caracteriza por tener temores obsesivos a engordar por lo que se limita la ingesta calórica y se fomenta el exceso de ejercicio; además puede venir acompañado por una distorsión de la imagen corporal y sentimientos negativos que pueden intensificarse en una etapa caracterizada por los cambios hormonales. A pesar de esto no está incluida en la lista de enfermedades mentales.
Los expertos explican que este tipo de trastornos suelen aparecer en períodos con más vulnerabilidad. Para muchas madres la gestación es un período de cambios, no solo a nivel corporal sino también a nivel cerebral. Se trata de una etapa que puede ser estresante, llena de emociones que, a veces, pueden incluso resultar contradictorias.
En Estados Unidos estiman que cinco de cada 100 mujeres sufren un trastorno de este tipo, afectando principalmente a las mujeres embarazadas más jóvenes. En nuestro país los datos van de un 8% a un 20% de mujeres que presentaría pregorexia o pregorexia parcial, según datos de Infosalud. Un trastorno que en muchos casos no desaparece tras el parto. Según los expertos, las mujeres que han sufrido una afección de este tipo en el pasado pueden ser más propensas a sufrirla de nuevo durante el período de gestación.
Consecuencias de sufrir este trastorno
La principal consecuencia de sufrir este trastorno para la madre es el riesgo a desarrollar anemia, desnutrición (en los casos más extremos) y conductas depresivas. Desde el punto de vista psicológico, pueden aflorar sentimientos de culpa de la madre al ser consciente de que su comportamiento con respecto a la alimentación y hábitos pueden afectar a la salud del bebé.
En cuanto a cómo afecta esta dolencia al desarrollo del bebé, puede darse un retraso en su crecimiento, que nazca con bajo peso, que presente alteraciones en el desarrollo neuronal si ha habido una carencia de nutrientes necesarios durante su formación y pueden ser más propensos a sufrir enfermedades de corazón.
Por todo ello, es importante que la mujer esté informada y reciba toda la información necesaria sobre nutrición para tener un embarazo lo más saludable posible. Los expertos recomiendan que, ante la mínima sospecha de que un ser querido esté pasando por este trastorno, se acuda a profesionales que puedan darle herramientas y apoyo para estar mejor consigo misma y poder así cuidarse y cuidar del bebé. Tal y como sucede con la anorexia, la pregorexia, es un trastorno que está estigmatizado y suele ser difícil tanto de detectar como de aceptar.