Como padres se tiene la responsabilidad de influir en la personalidad de los hijos. Aunque buena parte viene determinada por el carácter del niño, es cierto que las reacciones que tienen los padres frente a diferentes situaciones y/o resolución de conflictos hará que el niño se sienta capaz, valiente, escuchado, inseguro, tímido, miedoso.
La mayoría de padres tienen una respuesta automática cuando se deben enfrentar a situaciones complejas (conflictos, caídas, mal comportamiento…) en las que se suelen transmitir miedos e inseguridades propias y con ello no se ayuda a fomentar una autoestima sana en los niños.
Hay que tener en cuenta que los errores son aceptables, de ellos se aprende y se puede trabajar en cómo cambiar las situaciones con las que no te sientas a gusto. Lo más recomendable para estar preparados y ser conscientes de cómo queremos fomentar la autoestima y la confianza en niños pequeños, es tener en cuenta esta serie de consejos, se pueden utilizar en las situaciones que normalmente se responde de forma automática y sin pensar.
- Compartir
Uno de los momentos de más conflictos entre los niños pequeños es cuando tienen que compartir sus juguetes. A los niños no les gusta compartir sus cosas, es algo natural y no se debe forzar puesto que son los adultos los que aumentan la intensidad del problema. Antes de interferir hay que observar si entre ellos pueden solucionarlo, si no es así se debe actuar con calma y decir en voz alta lo que está pasando: «Alba quiere la muñeca de Lucas, pero en estos momentos Lucas está jugando con ella. Tal vez cuando acabe puedas jugar». Tener juguetes repetidos también evita conflictos a la hora de compartir. En realidad compartir es una opción, nunca una obligación.
- Uso del lenguaje
Alrededor de los 2 años los niños comienzan a utilizar en lenguaje pero sólo son capaces de utilizar un tercio de las palabras que conocen. Para motivarles a hablar y hacer un uso correcto del lenguaje no se debe corregir en exceso para que no se sientan menospreciados.
- Caídas o accidentes leves
Toma un momento para observar su respuesta en lugar de salir corriendo a por él o reaccionar en exceso y sobresaltar al niño. Hay que permitir que los niños se recuperen de forma autónoma cuando sea posible, de esta forma aumentará la confianza en sí mismos. Si lloran no hay que infravalorar sus sentimientos con frases como: «no ha pasado nada», «no llores», «para ya de llorar»…Si se debe preguntar: ¿Estás bien? ¿qué tal te encuentras?¿Te doy un besito? Y por supuesto animar a los niños a expresar sus sentimientos y poner palabras a su emoción es la clave para el fomento de la salud emocional.
- Animar al niño cuando se encuentra ante una dificultad
Sobre todo valorar el esfuerzo que está poniendo en realizar esa tarea, ya sea bajar un escalón o subir al tobogán. La frase «tú puedes conseguirlo» puede hacer que se sienta presionado para realizar bien la tarea y no defraudarnos. En su lugar se puede utilizar «ya veo que te estás esforzando».
- Comportamiento no deseado
En lugar de castigar, usar chantaje, avergonzar…es preferible que cuando tengan un mal comportamiento se les recuerde las reglas de casa desde la calma, con firmeza y paciencia para evitar que que hagan daño a los demás o a ellos mismos. Los niños interiorizan estas respuestas de forma increíble, si no queremos que griten no hay que gritar, si no queremos que peguen no hay que pegar, etc. El ejemplo es la clave. Les marca mucho lo que ven y lo que perciben de su entorno.