En esta semana de embarazo se produce la fecundación, implantación y desarrollo embrionario.

Cada etapa del embarazo es fascinante: desde fecundación a la formación del embrión y, por supuesto el nacimiento de tu bebé. Hoy te contamos cómo qué en esta tercera semana de embarazo.

Como vimos en el artículo del Desarrollo del bebé en la semana 2, el espermatozoide y el óvulo se unen en una de las trompas de Falopio. Si éste es fertilizado, se formará el cigoto, que es una entidad unicelular.

El cigoto tiene 46 cromosomas, 23 de la madre y 23 del padre que son los que determinan el sexo del bebé así como sus rasgos físicos. Es en el mismo momento de la fecundación cuando se determina si el bebé que esperas es niño o niña.

Tras la fecundación, el cigoto sigue su camino por la trompa de Falopio hasta el útero. En este viaje se dividirá y formará un grupo de células: mórula. A continuación lo veremos con más detalle.

El bebé ya se desarrolla y crece en tu vientre

Si han pasado tres semanas desde tu último ciclo menstrual y ha habido fecundación: ¡enhorabuena, ahora sí podemos decir que estás embarazada! Aunque lo más seguro es que no sientas nada todavía. A pesar de que no lo notes, tu bebé ya se empieza a desarrollar y crecer dentro de tu barriga.

Aproximadamente unas 30 horas después de la fecundación, empieza la división celular: primero en dos, 10 horas después en cuatro células, después en ocho y así sucesivamente. Este proceso se llama segmentación. Cuando llega al útero, este grupo de células forma una especie de mora, de ahí su nombre: “mórula”(proviene del latín, morum mora).Ésta (compuesta de 30 células) pasa a ser el “blastocito” (y ya suma 300 células).

Si todo continúa su curso, al final de la semana 3 de embarazo, el blastocito se adhiere a la pared del útero (endometrio). Éste proporcionará nutrientes esenciales para que el embrión se desarrolle. Esto se conoce como la famosa “implantación”, esta zona se convertirá más adelante en la placenta, que suministrará oxígeno y nutrientes al feto y donde tu bebé permanecerá 40 semanas aproximadamente.

Como veis partimos de una única célula y, con el tiempo, se convierten en billones que forman el feto.

Cambios en el cuerpo de la madre

El cuerpo de la mujer no sufre grandes cambios en la tercera semana de embarazo, es decir, cuando ya ha tenido lugar la concepción. Sin embargo pueden aparecer leves síntomas como:

  • Cambios de humor, irritabilidad
  • Cansancio
  • Dolor de cabeza
  • Alteración del gusto y mayor percepción de olores
  • Sensibilidad en las mamas
  • Flujo más denso y blanco

¿Puedo hacerme un test de embarazo en la semana 3?

Lo más probable es que si te haces un test de embarazo en este momento siga saliendo negativo porque la hormona beta-hCG no se ha empezado a secretar. La hormona gonadotropina coriónica humana es producida por el embrión.

Se recomienda esperar a un retraso antes de hacerse la prueba de embarazo  para obtener un resultado fiable.

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¿Cómo cuidarse? Recomendaciones

Cuanto más sana se encuentre la mamá, más sano crecerá su hijo. Por eso, los expertos aconsejan empezar a cuidarse antes de quedarse embarazada. Comer sano y equilibrado: ingerir nutrientes como el ácido fólico, proteínas, hierro y calcio. Estos son cruciales para el correcto desarrollo de tu bebé.

De ahí que se recomiende empezar a tomar suplementos de ácido fólico meses antes de la concepción. Esta vitamina contribuye a prevenir defectos del tubo neural (estructura que da origen al cerebro y la médula espinal), que se empieza a formar al comienzo del embarazo. De hecho, unos niveles bajos de ácido fólico puede provocar que el tubo neural no se cierre correctamente, provocando espina bífida.

El hierro también es esencial para el correcto desarrollo del bebé, concretamente, se encarga de mantener el aumento continuo de flujo sanguíneo. La carne y los huevos, por ejemplo, son grandes fuentes de  hierro. Si tu ginecólogo o médico de cabecera lo considera, puede pautarte un suplemento de hierro en cualquier momento.

Por su parte, el consumo de proteínas ayudan a generar nuevos tejidos y el calcio contribuye a la formación de huesos y dientes, contribuyen al desarrollo óptimo del bebé, a su sistema nervioso y muscular. Por esta razón se recomienda aumentar el consumo de estos así como de verduras y legumbres durante el embarazo.

En cuanto a los alimentos que deben evitarse están el pescado crudo o rico en mercurio, la carne cruda, el café, los huevos poco cocidos, el queso no pasteurizado, entre otros. Evitando estos alimentos reducirás las probabilidades de contraer toxoplasmosis y listeriosis.

La alimentación es muy importante como también lo es mantenerse activa y hacer ejercicio (no de impacto al menos durante las primeras semanas). Si tienes dudas sobre qué tipo de ejercicio hacer, consúltalo con tu médico y/o matrona. Caminar 30 minutos diarios, nadar y/o hacer yoga pueden ser buenas rutinas para realizar durante el embarazo.

¡Sigue cuidándote  y continúa aprendiendo con nosotras este maravilloso viaje por los 9 meses de embarazo!