Un mal agarre del bebé es uno de los principales motivos  por los que dar la teta puede doler

La lactancia materna es una experiencia muy especial, un momento de conexión madre-hijo mágico. Lactar es no sólo es alimento (el mejor para tu bebé), sino también es confort, apego, amor. Dar el pecho, por tanto, beneficia a tu pequeño y también a la madre. Sin embargo, el inicio a la lactancia materna puede ser complicado y no está exento de molestias, frustraciones.

Un gran desafío para las mujeres que deciden amamantar a sus bebés son las molestias que pueden ocasionar, por ejemplo, un mal agarre del bebé. Algunas mamás se piensan que es normal sentir dolor y se aguantan. Otras, abandonan antes de lo que les gustaría porque no soportan las molestias. Es una pena (aunque sea muy legítimo) tener que tomar esta decisión por sentir dolor cuando en la mayoría de casos puede solucionarse por completo con un buen asesoramiento.

Sentir molestias los primeros segundos del agarre puede ser normal durante los primeros días de lactancia materna, pero si el dolor persiste durante toda la toma o es un dolor pronunciado, hay que revisarlo sin falta y sin demorarlo.

Causas por las que puede doler el pecho

El bebé recién nacido tiene que hacer esfuerzo para succionar las gotitas de calostro que serán su alimento durante los primeros días de postparto. Tras esta primera etapa viene la famosa “subida de la leche”, que puede ser un período complicado porque la madre produce más alimento de lo que su bebé recién nacido puede ingerir. ¿El resultado? Pechos hinflados y duros que pueden doler (en este momento te puede ser útil hacerte con un sacaleches, ojo sin abusar para no incentivar más producción).  Esto se conoce como ingurgitación mamaria y se trata de una congestión habitual que puede dificultar el buen agarre del bebé.

Pasada esta primera toma de contacto con la lactancia materna que puede estar protagonizada por molestias de leves a moderadas, es posible que sigas teniendo dolor.

¿La lactancia materna duele? No debería. Por lo que si si persisten las molestias o derivan en dolor durante la lactancia lo mejor es que consultes a un profesional sanitario como una matrona y/o tu médico de cabecera.

Como decimos, dar el pecho a tu bebé no debería dolerte y si es así debería revisarse. Lo más habitual es que el bebé tenga un mal agarre. Esto significa que el pequeño sólo se engancha al pezón (en lugar de hacerlo a la areola) lo que se traduce en dolor que pueden derivar con las temibles grietas. Éstas también pueden aparacer si el bebé tiene problemas de succión (frenillo corto o anquiloglosia), que impide a la lengua hacer todo el recorrido.

Otra causa del dolor al amamantar es la mastitis. Se trata de una infección mamaria causada por la obstrucción de leche en los conductos combinado con la aparición de gérmenes que entran por las grietas y que, en consecuencia, produce una inflamación del tejido mamário. Los síntomas son: enrojecimiento del pecho, fiebre, malestar y zonas calientes en la mama. También puede darse por una infección por hongos.

Aunque no haya infección como tal, los conductos galactóforos pueden bloquearse y, por la acumulación de leche, puede aparecer dolor. También causa malestar una mala postura de la mamá al dar el pecho.

La sequedad del pezón (producido por una mala hidratación, el uso de ciertos jabones o telas sintéticas) también puede presentar molestias a la hora de que tu bebé se enganche al seno.

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¿Qué puedo hacer para evitar el dolor al amamantar a mi bebé?

Como hemos dicho, si notas dolor al dar el pecho lo mejor es que consultes con tu matrona. Ella te revisará el agarre de tu bebé, te aconsejará sobre las mejores posturas para amamantar y te ayudará a colocar al bebé. 

Si tienes grietas, lo mejor es asegurarte de tener la zona bien hidratada. No se precisan cremas específicas, puedes untarte calostro o tu propia leche en los senos y déjalos secar al aire libre. Evita telas sintéticas en las prendas que estén en contacto con las mamas.

Otro truco para que la toma no sea dolorosa es vaciar un poco el pecho antes de ofrecerle al bebé y coloca compresas frías en ellos. Si por el contrario deseas desbloquear un conducto obstruido por la leche materna, aplícate agua caliente en la ducha.

Si el bebé se engancha al pecho y, tras unos segundos, sigues notando dolor, lo mejor es que se interrumpa la succión, colocar al bebé de nuevo y que se vuelva a enganchar.

En resumen, dar el pecho debe ser una experiencia gratificante tanto para el bebé como para la mamá. Por tanto, hay que evitar sufrir a toda costa para que cuando quieras destetar sea porque libremente lo hayas decidido o tu bebé lo hago de manera natural, no porque tienes dolor.

Si la lactancia materna no está siendo como esperabas debido a ciertas molestias, antes de abandonarla te recomendamos que consultes con tu matrona. Una sola visita con una profesional especializada en lactancia materna puede marcar la diferencia significativamente y puede salvarte (literamente) la lactancia.