Descansar es uno de los tres pilares fundamentales para disfrutar de buena salud, junto con llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente. Sin embargo, los expertos confirman que cada vez se duerme menos; una problemática que afecta a adultos y pequeños. Más de un 30% de los niños tienen dificultades o problemas para dormir. La mayoría de a gente no es consciente de las consecuencias que tiene la falta de sueño.
Existe un período crítico del desarrollo durante el inicio de la infancia donde dormir poco tiene un impacto especialmente dañino para determinados aspectos de su evolución. Además, los expertos han demostrado que el déficit de sueño durante los primeros tres años no es recuperable. Se dice que un niño que no ha superado sus dificultad para dormir a los 5 años tiene más probabilidades de padecer trastornos del sueño de adulto también.
Horas de sueño
Durante los primeros dos años de vida, el bebé dedica más del 70% a dormir, algo que marcará el resto de su vida. La Academia Americana de Pediatría de Estados Unidos dice que en los primeros dos años de vida los bebés deben dormir de 11 a 14 horas diarias; entre los 3 y los 5 años el tiempo de sueño pasa a ser de 10 a 13 horas. Tener un descanso de calidad benefician física, mental y emocionalmente. El Instituto del Sueño asegura que el 60% de los niños españoles no duerme las horas recomendadas.
Consecuencias de no dormir
La falta de sueño de manera continuada puede alterar no solo el estado de ánimo de un niño, si no también sus capacidades motoras y cerebrales: alterando su memoria y el lenguaje, entre otros. Y es que los trastornos del sueño infantil pueden conllevar problemas de conducta y fracaso escolar. Además, numerosos Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad pueden ser causados de la falta de horas de sueño en los niños y los jóvenes.
Dormir menos horas de las aconsejadas tienen puede provocar:
* inquietud e irritabilidad
* agotamiento
* baja tolerancia a la frustración
* déficit de memoria
* falta de atención
* apatía
* falta de concentración
* disminución de los reflejos
* los problemas de crecimiento
* la mayor probabilidad de obesidad infantil
* dolores de cabeza
* inseguridad
* timidez infancia.
* más predisposición a diabetes y a la obesidad
* bajo rendimiento escolar
Para evitar estos síntomas, es fundamental tener buenos hábitos tales como acostarse y levantarse a la misma hora. Brindarles la oportunidad de dormir las horas necesarias y de manera óptima durante los primeros años es vital para su desarrollo. Por lo que el sueño tiene que ser una prioridad para toda la familia.
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