Amamantar a tu bebé es lo más natural. Los expertos recomiendan dar el pecho de manera exclusiva hasta los 6 meses siempre que sea posible. Como todo, la lactancia materna despierta ciertas dudas que pueden poner en jaque este sistema de alimentación tan beneficioso: ¿estará mi bebé recibiendo todos los nutrientes que necesita?, ¿se estará quedando con hambre?, ¿cada cuando ofrecer darle pecho?, ¿cuál debe ser la duración de las tomas?
Si acabas de tener un bebé y has optado por la lactancia materna, ¡este post de Crianza Alternativa te interesa! Sigue leyendo…
La lactancia materna preparada, en exclusiva, para tu bebé
Antes de entrar en materia es importante hacer hincapié una vez más en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan la lactancia materna de manera exclusiva hasta, al menos, los seis meses de vida.
Se trata de una recomendación basada en los numerosos beneficios de ésta tiene para el bebé (reduce las probabilidades de sufrir obesidad, diabetes, asma) y también para su madre (podría reducir el riesgo a sufrir cáncer de mama, útero, entre otros).
¿Sabías que la producción de leche varía en función de la etapa en la que te encuentres? Ésta se adapta no sólo a las necesidades nutricionales de cada momento de tu bebé sino que se ajusta según la estimulación que le des. El hecho de amamantarle frecuentemente durante las primeras semanas de vida favorece la producción de leche.
El recién nacido recibirá los primeros días de vida, el calostro, conocido también como “oro líquido”. Éste es rico en nutrientes y anticuerpos, lo que contribuye a una mejor protección a la vez que alimenta al bebé. La mayoría de mujeres tienen la famosa “subida de la leche” alrededor del tercer y cuarto día después de dar a luz.
Para muchas este es un momento delicado, los pechos se “llenan” de leche y parece producir más leche de la que necesita tu bebé. En ocasiones puede resultar doloroso (se ponen las mamas muy duras sino se “vacían” con frecuencia). Para este momento puede ayudarte hacerte con una sacaleches (por mi experiencia, el más eficiente es el eléctrico). Pero, ¡ojo! úsalo sólo cuando sea necesario porque aunque menos que la succión de tu pequeño, este aparato también estimula la producción de leche.
A las pocas semanas, la producción de leche se “estabilizará” y el “problema” de superproducción suele desaparecer.
La OMS recomienda empezar a introducir alimentos sólidos a partir de los 6 meses de vida sin dejar de ofrecer el pecho a demanda.
¿Con qué frecuencia tengo que amamantar a mi bebé?
Los recién nacidos tienen que alimentarse de leche una media de ocho y 12 veces al día durante el primer mes de vida. Debido a su composición, la leche materna se digiere fácilmente de ahí que tu bebé tenga hambre con asiduidad (cada 1h30-3horas). Además, las primeras semanas de vida éste suele quedarse dormido con facilidad en el pecho, lo que hace que no “termine” sus tomas.
Tras cumplir el primer mes de vida y hasta que deja de considerarse recién nacido (los dos meses), los pequeños suelen alimentarse entre siete y 9 veces al día. Cabe recordar que los menores de 6 meses que están con lactancia materna exclusiva (LME) no ingieren agua por lo que la leche materna es su único alimento que le aporta los nutrientes necesarios y toda la hidratación que necesita.
De ahí que la LME debe ser siempre “a demanda”, independientemente que le “toque” toma o no, especialmente durante los primeros meses de vida. Los recién nacidos no deben estar más de cuatro horas sin recibir alimento (ni siquiera por la noche).
Tranquila, conforme tu bebé vaya creciendo, necesitará mamar con menos frecuencia. Ese será el momento de establecer una lactancia más regular y predecible.

¿Cómo calculo los intervalos entre tomas?
Los intervalos entre las tomas se calculan desde el momento en que el bebé empieza a mamar hasta el inicio de la siguiente toma. Mucha gente cae en el error de contarlo desde el final de la toma hasta el inicio de la próxima.
Al inicio de la LM puede darte la sensación que te pasas el día amamantando o que se te “juntan” las tomas, tranquila es totalmente normal durante las primeras semanas. Con el tiempo, la frecuencia de las tomas se irá dilatando porque tu bebé aguantará más tiempo sin engancharse al pecho.
¿Cuánto tiempo suelen durar las tomas?
Los bebés más pequeños, es decir los recién nacidos, pueden llegar a estar más de 20 minutos mamando (ya sea de un pecho o de los dos). Su capacidad de succión se vuelve más eficaz con la práctica y, por tanto, en un futuro próximo necesitarán menos tiempo para extraer la leche. Un bebé “experimentado” puede tardar entre 5 y 10 minutos en “vaciar” cada mama.
La duración entre tomas variará de numerosos factores y debe afrontarse con cierta flexibilidad ya que no sólo depende del hambre que tenga el bebé sino también de otros factores. Por ejemplo, dependerá del reflejo de eyección, del flujo de salida de la leche, del agarre, entre otros.
¿Cuando debo cambiar de pecho?
Lo ideal es que tu bebé mame aproximadamente el mismo tiempo de un pecho y del otro y las mismas veces de uno que de otro a lo largo del día. Esto contribuye a que los dos pechos produzcan leche y, además, previene la congestión mamaria que se produce al no “vaciarlos”. Hay mujeres que prefieren hacer una toma con ambos pechos y otras que optan por un pecho en cada toma. Lo que te resulte más práctico y cómodo. Tu bebé también puede tener preferencias a la hora de mamar: algunos prefieren un solo pecho por toma, otros los dos en cada una de ellas.
Si tu bebé regurgita con facilidad, lo ideal es hacerle eructar con cierta frecuencia. NOTA: una cosa es echar un poco después de cada toma y otra muy distinta es que vomite después de las tomas. Si tu bebé vomita habitualmente contacta con tu pediatra.
¿Hasta cuando debo amamantar a mi bebé?
No existe una respuesta única y válida para todo el mundo. Se trata de una decisión personal: cada mujer debería decidir libremente hasta cuando ofrecer pecho a su bebé. Aunque lamentablemente existen otros factores que pueden ser determinantes como la reincorporación de ésta al trabajo o la presión social. También el bebé o niño debería tener “voz” en esta decisión, especialmente cuando son más mayores.
¡Feliz lactancia!