La episiotomía y el desgarro son dos procedimientos que pueden suceder durante el parto vaginal.

La episiotomía es una incisión quirúrgica en la abertura vaginal para ampliarla y permitir que el bebé pase con más facilidad. Por otro lado, el desgarro ocurre cuando la piel y los músculos del perineo (entre la vagina y el ano) se rompen de forma natural durante el parto.

El riesgo de desgarro aumenta cuando la cabeza o los hombros del bebé son demasiado grandes para pasar por la abertura vaginal o cuando la frecuencia cardíaca del bebé disminuye durante el parto. Para evitar un desgarro, algunos médicos pueden realizar una episiotomía. Sin embargo, la evidencia científica ha demostrado que la episiotomía no siempre reduce el riesgo de desgarro y, en cambio, puede aumentar el riesgo de complicaciones, como una incisión más profunda o una cicatrización más difícil. Y es que las consecuencias de una episiotomía puede ser:

  1. Dolor durante la recuperación
  2. Dolor durante las relaciones sexuales
  3. Deterioro del suelo pélvico, pudiendo derivar en incontinencia urinaria o fecal
  4. Fisuras o cicatrices
  5. Infección
  6. Sangrado excesivo
  7. Dificultad para controlar la vejiga o el intestino
  8. Daño a los nervios y músculos pelvicos
  9. Estrechamiento vaginal.

Existen diferentes tipos de episiotomías, como la episiotomía mediolateral, que es una incisión en ángulo hacia afuera desde el centro de la abertura vaginal hasta los músculos del ano. Sin embargo, la incisión mediolateral se ha demostrado que aumenta el riesgo de dolor durante las relaciones sexuales y puede causar como hemos comentado dolor y problemas de incontinencia. En cualquier caso, esta intervención fuera como fuere, debe informada, aceptada y autorizada por la paciente.

No obstante, para reducir las posibilidades os dejo tips para ayudar a reducir las opciones de desgarro y episiotomías:

  1. Practica la relajación durante el trabajo de parto.
  2. Considera un parto en posición de cuatro patas o en una postura que ayude a evitar la tensión en el perineo.
  3. Usa técnicas de control de la respiración y visualización para ayudar a mantener la relajación.
  4. Trabaja con un profesional de la salud que respete tus deseos y tenga experiencia en partos vaginales sin episiotomías.
  5. Usa una técnica de masaje perineal durante el trabajo de parto para ayudar a estirar el tejido.

Si finalmente en el momento del parto, la matrona o ginecóloga te recomendasen una episiotomia, debes valorarla. Si la aceptases, sería importante que recibieses atención médica adecuada durante y después del parto. A veces los sangrados pueden indicar que la herida ha quedado abierta o que se ha podido saltar algún punto. Y es que hay que tener un cuidado adecuado en la incisión. Lo más importante es:

  1. Mantener la zona limpia y seca.
  2. Usar compresas de gasa para controlar el sangrado.
  3. Realizar baños de asiento tibios para aliviar el dolor.
  4. Evitar sentarse por largos períodos de tiempo.
  5. Realizar ejercicios de kegel para fortalecer los músculos pélvicos.

Si sufres un desgarro vaginal, también es importante recibir atención médica para prevenir infecciones y asegurarte de una cicatrización adecuada. Y es importante siempre consultar con el médico si se presenta fiebre, dolor intenso o infección. Es importante sentirse tranquila para minimizar también la depresión postparto.

Si la herida cicatriza con normalidad, podrás ir haciendo poco a poco vida normal. Incluso portear a tu recién nacido 😉

En conclusión, es importante tener en cuenta que el desgarro natural es mas común que la episiotomia y que, en la mayoría de los casos, el desgarro se cura sin problemas. Sin embargo, en algunos casos especiales, la episiotomia puede ser necesaria para proteger la salud del bebé y de la madre durante el parto. Es importante hablar con tu médico sobre las opciones y riesgos involucrados para tomar la mejor decisión para ti y tu bebé. Y como solemos decir en Amarsupiel: mujer informada, mujer empoderada. Ten voz en tu parto y decide.