El mes de septiembre ya está a la vuelta de la esquina y los peques tienen que afrontar grandes cambios en su día a día

Se acerca el fin de verano y con él la vuelta a la rutina. Después de más de dos meses de vacaciones escolares, no es sencillo volver a coger el ritmo. Han sido muchas  semanas de desajuste: comidas y cenas a deshoras, irse a la cama más tarde de lo habitual, actividades diferentes…. Y es que en verano los hábitos cambian y los horarios normalmente son mucho más relajados. Seguro que la diversión no ha faltado en ningún hogar, pero tampoco los malabares para tener a los peques entretenidos y atendidos merecen.

Sin embargo, una cosa es cierta: los peques y sus progenitores deben organizarse para volver a la “normalidad”. Las rutinas son básicas para el bienestar de los peques. Y aunque es cierto que las exigencias laborales no se ajustan a las necesidades de los niños y la conciliación real, no existe, es importante volver a rutinas para poder mantener cierto orden familiar. Según los expertos, un niño de 2 años ya tiene asimilado por completo las rutinas y tiene los horarios asentados en su vida cotidiana. Sin embargo, esto “salta por los aires” en la época estival.

Ahora (o de aquí muy poquito) toca recuperar los hábitos de siempre y volver a unos horarios más rígidos y estrictos. Es el momento de volver a “realidad” pero, ¿cuándo cortar con la “rutina” vacacional? ¿Cómo podemos recuperarlas rutinas de cara a la vuelta a la realidad en septiembre? Si te preocupa esta transición del modo vacaciones a la vuelta al cole, ¡sigue leyendo!

El mejor momento para volver a la rutina

Llevábamos todo un año esperando las ansiadas vacaciones de verano, y en un abrir y cerrar de ojos están casi a punto de esfumarse. En apenas un par de semanas, los más pequeños de la casa vuelven al cole / guarde y la transición no es nada sencilla. Si bien es cierto que a cada familia le funciona una cosa y que no hay un momento idóneo para todos, os vamos a dar algunos consejos para que sea lo más llevadero posible.

A grandes líneas, el mejor momento para romper con la rutina vacacional es al volver a casa. Parece una obviedad, pero no tiene sentido empezar a adecuar los horarios a los del curso escolar si todavía nos queda alguna escapadita veraniega por delante.

Si ya estás de vuelta de las vacaciones en familia, cuanto antes empieces a “cambiar el chip”, mejor. Intenta aprovechar estos últimos días «libres» para ir adelantando las horas de las comidas, cenas y, sobre todo, el acostar a los niños a la hora que se van a dormir durante el curso escolar.

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Tips para volver a la rutina con los niños tras el verano

– La anticipación es primordial. Semanas antes de empezar el cole, habla con naturalidad de la vuelta al cole, hazlo con emoción para que se contagie de esta alegría. Es muy importante que participen de los cambios porque así seguro que los asimilan antes y mucho mejor.

Ser generosos con el período de adaptación: a nadie le gustan los cambios bruscos. Para evitarlos es importante introducir los horarios habituales unas dos semanas antes de empezar el cole. Respetando SIEMPRE sus ritmos de adaptación .

– El cambio debe ser gradual: se recomienda no hacer grandes cambios de golpe sino empezar poco a poco y no proseguir hasta que estos estén asimilados.  Si tu peque se despierta en verano a las 10, no le empieces a despertarle a las 7 cada día, ve adelantándo 15 minutos o 30 minutos la hora de despertarse.

– El horario de acostarse es el primer cambio de deberíamos implementar, recupera en el ritual de sueño (si es que no lo has practicado durante las vacaciones) y ve adelantando progresivamente la hora de irse a la cama. Recuperar este hábito también nos ayudará a restablecer el hábito de madrugar.  Si se acuestan más temprano, deberían levantarse también más pronto. Recordamos que los niños necesitan entre 10 y 12 horas de descanso nocturno.

– La hora de la comida: una vez reajustar los horarios del sueño, es hora de prestar atención al resto de los rituales del día.  Todo lo que rodea los hábitos del desayuno, la comida, la merienda y la cena ha podido cambiar durante el verano.

Involucra a los niños en la preparación a la vuelta al cole: pregúntales si te quieren ayudar a comprar el material escolar (que elijan su propia mochila o estuche) o a elegir las extraescolares. ¡Así crearemos expectación e ilusión por el nuevo curso escolar!

Seguir dedicándoles tiempo. Uno de los cambios que peor llevan los niños es la falta de tiempo juntos una vez los adultos se reincorporan al trabajo y estos, al cole. Pasar juntos debería ser una prioridad.  Leer un cuento antes de acostarlos, charlar durante la cena y/o ir al parque a la salida del cole. En definitiva, pasar tiempo de calidad con ellos. Si tienes un bebé, aprovecha para portearlo el máximo tiempo posible cuando no esté en la guarde.

 – Empatiza con ellos. Muchos niños sienten cierto nerviosismo por la vuelta al cole (algunos incluso no duermen correctamente por la intranquilidad). Les preocupa qué profesor tendrán, si irán a clase con sus amigos, si la materia será muy difícil, etc. Es muy importante tener una buena comunicación con los pequeños y que compartan con nosotros sus dudas e inseguridades.

En resumen, prepara la vuelta al cole de manera gradual y progresiva, sin forzar ni imposiciones. Habla con tu hijo, anticipa los cambios que vais a introducir en las próximas semanas y escúchale. Hazles partícipes de los cambios necesarios para adecuar su horario al del próximo curso escolar.

¡Feliz vuelta a la rutina a todos!