Elabora tu propia rutina para dormir al bebé

La anticipación es esencial en la vida de los bebés. Ellos no controlan el tiempo ni saben qué toca en cada momento. Somos los adultos los encargados de “ordenar” su día. La falta de este orden y de anticipación les provoca estar más irritables, nerviosos y, por tanto, suelen tener más problemas para conciliar el sueño. ¡La mejor receta para combatirlo es establecer una rutina de dormir!

Antes de entrar en materia es importante explicar qué es una rutina. Cuando hablamos de rutina nos referimos a un hábito, una determinada manera de hacer las cosas a la que se llega por repetición. A través de éstas, les transmitimos seguridad y confianza. Por tanto, llevar un horario estable de comidas, juego y descanso es esencial, especialmente, los primeros meses de vida.

Rutinas para facilitar el sueño de tu bebé

Si las rutinas son importantes para los más pequeños, ¡es mejor empezar cuanto antes! Pero, ¿cuándo empezar la rutina de sueño? El momento ideal para establecer este tipo de rutinas es alrededor de los 2-4 meses de vida.

Empezamos por la realización de actividades relajantes justo antes de acostarlos y vamos configurando un ritual en función de lo que vamos viendo que le va mejor o gusta más. Con el tiempo el pequeño interiorizará este ritual y le costará menos relajarse y, por tanto, dormirse.

Las rutinas de sueño no tienen que ser muy elaboradas, puede ser dos o tres actividades cortitas que se repitan cada día a la misma hora. Esta repetición ayuda a los bebés a anticipar lo que va a pasar, comprender lo que va a ocurrir y, por tanto, reducir el estrés durante el día.

¿Qué rutinas del sueño son las más habituales?

Lo más importante es mantener un horario estable. Si le acuestas siempre a la misma hora se crea rutina y se establece el hábito.

Baño:

Es, sin duda, uno de los momentos más relajantes del día para la mayoría de los bebés. Suelen llevarles a un momento de calma (les recuerda a sus 9 meses en el útero materno) y les prepara para el sueño. De ahí que muchas familias opten por esta práctica justo antes de acostar al bebé (especialmente si han empezado con los sólidos y se ponen perdidos de comida).

Compartir este momento con tu bebé puede ser muy gratificante. Para hacerlo de una manera segura y cómoda, puedes usar un portabebés de agua: la bandolera o el fular de agua de Amarsupiel. Pon al pequeño en el portabebés y disfruta con él de una bañera o de una ducha relajante.

Si a tu bebé, el baño le activa separa esta actividad de la hora de acostarlo. Báñale, por ejemplo, antes de cenar.

Masajes:

Tras el baño, ponle un poco de cremita hidratante y dale un suave masaje. Para que la experiencia sea todavía más relajante puedes atenuar la luz de la habitación y/o poner música muy bajita.

Cuentos:

Aprovecha este ratito de los dos para cantarle, darle mimos y contarle un breve cuento. Cualquiera de estas actividades les permite identificar el final de la acción.

El orden lo pone cada familia. Por tanto, construye tu propio ritual de sueño en base a vuestras necesidades / gustos. Elabora tu propia rutina para dormir al bebé. Eso sí, para que sea efectivo es importante que el ritual sea siempre el mismo, a la misma hora, los mismos pasos para ayudar a anticipar lo que va a suceder. Esto le ayudará a conciliar mejor y será de gran ayuda cuando lleguen las temidas regresiones de sueño.

Y a ti, ¿qué te funciona mejor? ¿Cuál es tu rutina de sueño?